miércoles, 10 de septiembre de 2014

Leche y sus desventajas

El ser humano es el único mamífero que toma leche una vez finalizada la etapa de lactancia y, además, consume la leche de otro animal, con una composición y características nutricionales muy diferentes a la leche materna. Vamos ver que al buen entendedor, pocas palabras.

Aqui te comparto poderosas razones por las que estoy convencida de que es mejor olvidarnos de consumirla y elegir mejores opciones que cubren con exceso los nutrientes que podria aportarnos la leche:
  •    Una de las principales causas de intolerancia a los  lácteos es su contenido en lactosa, azúcar presente en la leche compuesto por glucosa y galactosa. Para poder digerirlo, necesitamos de la presencia de una enzima, llamada lactasa. Durante los primeros años de vida tenemos la lactasa suficiente para poder digerir la leche materna con facilidad. Sin embargo, según vamos creciendo cae su producción (en mayor o menor grado según la raza, ya que cuanto mayor es la concentración de melanina, menor es la producción de lactasa) y, de esta manera, se dificulta en el organismo la digestión de la lactosa y, por lo tanto, de todos los alimentos que la contienen, produciendo algunas molestias digestivas como gases y diarrea.
  •    Las proteínas de la leche de vaca, formadas en un 80% por una proteína llamada caseína, son antígenas, es decir, provocan una respuesta inmune en nuestro cuerpo. Para poder separar esta cadena proteínica contenida en la leche en sus moléculas más pequeñas (aminoácidos) necesitamos una enzima llamada renina, que al igual que la lactasa va dejando de ser sintetizada a la edad adulta. ¿Qué ocurre entonces con la caseína no digerida?. Actúa como un pegamento que se adhiere a las paredes intestinales, produciendo inflamación y no permitiendo una adecuada absorción de nutrientes. Pero, incluso peor es, cuando nuestro organismo consigue hidrolizar la caseína parcialmente y se forman cadenas de proteínas más pequeñas que pueden atravesar las paredes intestinales. Para evitar que esto ocurra nuestro sistema inmunológico se pone a trabajar y si todo funciona de forma ideal, las proteínas no digeridas se quedan en el intestino y se excretan con las heces. Si, por el contrario, las proteínas sin digerir pasan a la sangre y todos nuestros sistemas de defensa fallan, pasarían a los líquidos intersticiales (líquido entre las células), afectando a sus funciones.
  •    La leche es una secreción mamaria y, como tal, forma de excreción de toxinas. Por eso, normalmente se recomienda a las mujeres embarazadas y a aquellas que estén dando el pecho a su bebé, que cuiden su alimentación. En el caso de la leche de vaca hablamos de pesticidas y otros productos químicos procedentes de la alimentación que se les da a las vacas, así como antibióticos que se utilizan en la ganadería para curar o prevenir la mastitis (proceso infeccioso de la glándula mamaria) u otras posibles infecciones.
  •    La leche es como un batido de hormonas naturales, necesarias para el crecimiento y desarrollo del ternero en sus primeros meses de vida. La más importante es la IGF-I. Si comparamos el desarrollo de un ternero con el de un bebé, el primero pesa al nacer unos 35 kgs. y crecerá hasta pesar alrededor de 150 kgs. a los 6 meses, mientras que el segundo pasará de los 3 – 3,5 kgs. a los 8 kgs. aproximadamente de media en 6 meses. Esto nos puede ayudar a hacernos una idea de la concentración de esta hormona en la leche de vaca, habiéndose relacionado con el crecimiento de diversos tumores, como por ejemplo de mamas.
  •   La leche es un gran acidificante del organismo. Como la sangre tiene que mantenerse en un pH entre de 7,35-7,45, si tomamos alimentos que bajen el valor del pH, el cuerpo recurrirá a su reserva de minerales alcalinos (calcio, magnesio, manganeso…) para restablecer el equilibrio, perdiendo dichos minerales, que deberemos reponer a través de una alimentación alcalina. ¿No será mejor huir de los extremos y tomar alimentos que nos mantengan en equilibrio?
  •    La mayoría de las grasas que contiene son saturadas y contienen altas cantidades de ácido araquidónico, precursor de unas prostaglandinas, las PGE2, que son sustancias responsables de los procesos inflamatorios en el cuerpo.
  •    Los procesos industriales por los que pasa la leche, como la pasteurización – calentamiento la leche entre 71 y 89 º durante 15 segundos y posterior enfriamiento – y la ultra pasteurización (UHT) – calentamiento entre 135 y 150º durante 1 a 4 segundos y posterior enfriamiento y envasado hacen que se destruyan microorganismos, aunque no se eliminan por completo, y en el proceso también se destruyen vitaminas y enzimas necesarias para su digestión sensibles al calor. 
  •    La homogeneización, otro proceso que se aplica a la leche por el que se reducen el tamaño de los glóbulos de grasa para mejorar su textura y conferirle un color más blanco, permite que dichos glóbulos de grasa se absorban sin ser digeridos, pudiéndose acumular en venas y arterias.
  •    Hay otro proceso más por el que pasa la leche que consiste en separar siempre la grasa e incorporar  posteriormente la cantidad deseada. Tanto si se compra una leche entera como si se adquiere una desnatada o semidesnatada, ha pasado por este mismo paso. La única diferencia es la cantidad de grasa que se le añade para comercializarla de una forma o de otra, con lo que incluso si hablamos de una leche entera, después de pasar por todos estos procesos, nos encontramos con una leche totalmente desnaturalizada. Para que comprar agua a precio de leche?
No todos los lácteos son iguales. En general, el yogur y el kéfir, al ser alimentos fermentados, se digieren mejor. Lo más recomendable, si no se quieren suprimir los lácteos de la dieta, sería tomarlos bio y preferiblemente de cabra, ya que es un tipo de leche más similar a la leche humana.
 Bibliografía:
Cuevas, Olga, 1999, “El equilibrio a través de la alimentación”; Palmetti, Néstor, 2008, “Cuerpo saludable: manual de instrucciones para el usuario”; Young, Robert, 2012, “La milagrosa dieta del pH”.

domingo, 7 de septiembre de 2014

FRESAS PARA LA VIDA!!! Que delicia saber que tienen mil maravillas:

Las proporciones de los nutrientes de la fresa pueden variar según el tipo y la cantidad de la fruta, además de otros factores que puedan intervenir en la modificación de sus nutrientes. Recuerda que según la preparación de la fresa , pueden variar sus propiedades y características nutricionales.

Puedes utilizar esta información para conocer el aporte en tu dieta de este u otros alimentos. Esto te puede ayudar comer mejor peparando recetas con fresa sanas y nutritivas, pero recuerda que debes consultar a tu médico o un nutricionista antes de comenzar cualquier régimen o hacer cambios drásticos en tu dieta.

Este alimento, pertenece al grupo de las frutas frescas.

Todo el mundo sabe que las fresas son deliciosas. Sin embargo, ¿sabías que son una fuente inagotable de nutrición?. A continuación te ofrecemos ocho razones por las que deberías incluir las fresas en tu dieta.

Dieta
Una taza de fresas contiene más del 13% de la dosis diaria recomendada de fibra dietética y sin embargo, sólo 43 calorías. La fibra dietética en las fresas ayuda a mantener una digestión normal. También disminuye la presión arterial y frena la sobrealimentación.

Antioxidantes
Las fresas contienen un compuesto químico llamado fenol. La antocianina, que es un fenol específico, se encuentra abundantemente en las fresas y da el color rojo intenso a esta fruta. Aunque se sabe que la antocianina tiene propiedades antioxidantes en el interior de esta fruta, aún se está debatiendo si estos agentes antioxidantes de la antocianina, también pueden ser absorbidos por el organismo una vez digeridos. Afortunadamente, se sabe que cuando se consumen alimentos ricos en antocianina, aumentan los niveles de ácido úrico del organismo, esto sirve como agente antioxidante.

Antiinflamatorias
Los fenoles de las fresas también luchan contra muchas enfermedades inflamatorias, tales como la osteoartritis, el asma y la aterosclerosis, mediante la inhibición de la enzima ciclooxigenasa (COX) de la misma forma que lo hace la aspirina y el ibuprofeno. Las fresas, sin embargo, no tienen efectos secundarios no deseados como la hemorragia intestinal y estomacal.

Anticancerígenas
La combinación de agentes antioxidantes y antiinflamatorios que se encuentran en las fresas es también conocida en la lucha contra la aparición de muchos tipos de cáncer. Gracias a la vitamina C, el ácido fólico y los flavonoides como la quercetina y el kaempferol, las fresas son una deliciosa defensa contra las células potencialmente cancerosas.

Vista sana
Los Archivos de Oftalmología han publicado recientemente un estudio en el que la ingesta diaria de tres o más raciones de fresas (y otras frutas) puede disminuir en más de un tercio la posibilidad de contraer una enfermedad relacionada con la edad, es decir, la degeneración macular.

Vitamina C
Una taza de fresas contiene el 136% de la dosis diaria recomendada de vitamina C, un antioxidante eficaz que puede ayudarnos a rebajar nuestra presión arterial, garantizar un sistema inmunológico saludable y evitar el desarrollo de enfermedades oculares relacionadas con la edad, como las cataratas y la degeneración macular.

Una fuente magnifica de manganeso
Una taza de fresas contiene el 21% de la dosis diaria recomendada de manganeso, un nutriente esencial que actúa como un poderoso agente antioxidante y anti-inflamatorio. Al aumentar los niveles de superóxido dismutasa (SOD), la enzima responsable de la protección de las mitocondrías que se exponen al oxígeno, el manganeso no sólo ayuda a combatir la batalla contra los radicales libres y el estrés oxidativo, sino que también reduce la inflamación celular, otra de las numerosas causas de las enfermedades cardiovasculares.

Salud ósea
El manganeso es también una fuente importante para los huesos, ya que ayuda en el desarrollo de los huesos y en el mantenimiento de una estructura ósea adecuada. El potasio, la vitamina K y el magnesio en las fresas son también importantes para la salud ósea.

Nutrientes de la fresa
Este tipo de alimento también se conoce como fresón.

La fresa es un alimento rico en vitamina C ya que 100 g. de esta fruta contienen 54,93 mg. de vitamina C.

Beneficios de la fresa
La acción antioxidante de la vitamina C, hace que el consumo de la fresa sea beneficioso para nuestra vista, piel, oído y aparato respiratorio. Además, la alta cantidad de vitamina C de esta fruta puede ayudarnos a reducir los síntomas del resfriado y a combatir enfermedades como el estreñimiento y el hipertiroidismo. También es recomendable durante la menopausia ya que la vitamina C ayuda a reducir los sofocos y otros síntomas de la menopausia.

Fuente: Impulso Orgánico Mexicano